El mundo es un pañuelo

A 5 años del primer pañuelazo, la Marea Verde avanza y se fortalece en el mundo

El #19F de 2018 abrió paso a uno de los debates más intensos y profundos en la historia de nuestra democracia. Tras años de luchas, de juntas de firmas en las calles, de acción colectiva, federal y rebelde de mujeres y sexualidades disidentes ante el silencio impuesto, logramos que las palabras aborto, autonomía, derecho a decidir, soberanía reproductiva, salieran del closet y habitaran la arena pública corriendo los límites de lo posible.

La Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito se convirtió en Marea y el pañuelo verde en un símbolo de lucha que traspasó fronteras. Lo que comenzó como una tela verde, a veces cosida, a veces solo un recorte, se transformó en gestos de solidaridad y acompañamiento para enfrentar años de clandestinidad y lograr el pleno reconocimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos en todo el mundo.

Las escuelas, las mesas familiares y las iglesias se volvieron escenario del debate político para reconocer la autonomía moral de mujeres y personas gestantes para tomar decisiones éticas sobre sus proyectos de vida. A dos años de aquella conquista histórica que significó para nuestro pueblo la sanción de la Ley 27.610, seguimos en la firme convicción de que tomar las riendas de nuestro futuro es lograr su efectiva aplicación en todo el territorio nacional, removiendo las barreras tanto materiales como culturales para lograr el pleno y oportuno acceso a los derechos reconocidos.

Volver a mirar nuestra historia nos enorgullece profundamente. Como mujeres católicas y feministas, retomamos el desafío de construir otros modos de habitar nuestra fe, por una iglesia que reconozca todos y cada uno de nuestros derechos; por un Estado Laico que respete y abrace en igualdad a las distintas creencias, y defienda -por sobre todas las cosas- el derecho a ciudadanías plenas, democracia, autonomía, libertad para decidir. Soñamos un mundo en donde todas las personas tengan derecho a decidir sobre sus proyectos de vida, sin violencias ni discriminaciones; que el aborto legal, seguro y gratuito sea una realidad en América Latina y en cada continente.

Porque la soberanía sobre el propio cuerpo es la primera de muchas conquistas, hoy más que nunca el mundo es un pañuelo.

Desde la memoria y hacia la esperanza. 30 años luchando por el derecho a decidir.