37° Encuentro Plurinacional
Sentir en la piel el abrazo y el reencuentro, cargar las pilas, encender la llama del feminismo para seguir andando, son algunas de las tantas expresiones que sonaron una y otra vez y que describen lo que se sintió durante el 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias que se realizó en Jujuy.
En un país marcado por profundas desigualdades sociales y políticas, el Encuentro siempre fue un lugar de convergencia, donde las diferencias se respetaron y en muchos casos hasta se celebraron.
El Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries. A lo largo de sus 37 ediciones, es un espacio donde miles de mujeres y disidencias pueden expresar sus luchas, sus preocupaciones y sus propuestas.
Esta vez, en Jujuy, hubo una connotación especial: tres días cálidos y no solo por el clima. Bajo el sol abrasador, fueron jornadas felices, de intercambio, de resistencia y, sobre todo, de reencuentro.
En esta ocasión más que nunca las palabras “juntas” y «abrazadas» resonaron profundamente y reflejaron la necesidad de volver a encender la llama del feminismo en un contexto donde los derechos humanos, y en particular los de las mujeres, son duramente cuestionados.
Uno de los puntos destacados del evento fue la visibilización de la fe como un espacio de lucha feminista. Mujeres que se identifican como católicas, evangélicas o pertenecientes a otras religiones hicieron hincapié en la necesidad de reconciliar su espiritualidad con el activismo por los derechos de las mujeres, en una provincia donde la religión ha sido históricamente utilizada para oprimir, pero donde, desde la mirada de militantes feministas católicas, también puede ser una herramienta de abrigo.
El gazebo de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), instalado en la Plaza Belgrano frente a la Casa de Gobierno de Jujuy, se convirtió en un espacio clave para compartir reflexiones sobre la fe, la militancia y el feminismo.
Durante esos tres días el stand ofreció un refugio donde entre mates, sonrisas y folletos, se construyeron diálogos fundamentales para entender cómo las mujeres creyentes también forman parte de la militancia feminista.
Pate Palero, directora ejecutiva de CDD, destacó la importancia de este encuentro como un espacio para visibilizar la pluralidad de voces dentro del movimiento feminista. “Este encuentro tiene la riqueza de los 36 encuentros anteriores, con una pluralidad única a nivel mundial. Nos encontramos en un contexto neoconservador, donde la represión, la censura y los recortes en educación nos golpean fuertemente. Este es el momento ideal para reencontrarnos y recordar que el feminismo ha logrado avances organizativos y legislativos impresionantes a nivel federal”.
Pate subrayó la conexión espiritual entre las comunidades indígenas presentes en el encuentro. Éstas aportan una cosmovisión de Abya Yala que, al reinterpretar la religiosidad, fortalece el vínculo entre feminismo y espiritualidad. “Venir al encuentro es reconocernos como mujeres que luchan, pero también como mujeres que se fortalecen desde la espiritualidad”.
María Eugenia Chaile, integrante de la comunidad Ingamana de Catamarca, resaltó la dimensión territorial de la conversación sobre la fe y el feminismo. “Somos mujeres que defendemos nuestros territorios. Nuestro trabajo es cuidar la tierra para nuestros hijos y nietos. Al mismo tiempo, venimos a apoyar a las mujeres jujeñas en su lucha por defender su propio territorio”.
Chaile participó en el taller de medicina ancestral, donde se debatió sobre la posibilidad de crear puentes entre la medicina ancestral y la medicina occidental. “Quizás podamos ayudar en muchos casos, como en el parto, donde no siempre se hace un seguimiento adecuado del postparto. Los niños, por ejemplo, pueden ser curados también por una médica campesina”, comentó.
Fe y feminismo
La reflexión sobre la relación entre fe y feminismo, especialmente dentro del catolicismo, fue un tema recurrente en el stand de CDD. Allí estuvo Laura Villanueva, integrante de CDD, y nos contó cuáles fueron las preguntas que constantemente les plantearon. “Nos preguntan mucho por qué somos católicas y feministas, incluso después de 31 años de existencia de nuestra organización. También muchas mujeres llegan diciendo que no les avisaron a sus familias pero quieren saber cómo pueden estar a favor del aborto sin que esto vaya en contra de su religión. Estas y tantas otras consultas nos movilizan a preguntarnos hacia el interior cómo podemos ayudar a muchas a conectarse desde nuestra propia fe al feminismo”.
Villanueva destacó la presencia de mujeres jóvenes y madres que se acercaron al stand de Católicas para discutir temas como la violencia de género y el aborto. “Desde la fe católica, buscamos abrazar el feminismo sin sentirnos juzgadas por la iglesia tradicional. Nos consultan desde su identidad católica, planteando preguntas sobre cómo conciliar su orientación sexual o sus luchas feministas con su fe. Nosotras creemos en una divinidad que libera y transforma, y no en una que castiga”.
La necesidad de reconciliar la fe con el activismo feminista también fue evidente en el taller de diálogo ecuménico e interreligioso, donde mujeres de distintas creencias compartieron sus experiencias. Luján Farfán Ramos, del área ecuménica de Católicas, quien participó de este taller, comentó que el diálogo fue muy enriquecedor. “Pudimos compartir cómo articulamos nuestras creencias religiosas con nuestras luchas feministas, a pesar de que a veces parece que están en conflicto. Para muchas de nosotras, la fe no es una barrera, sino una fuente de fortaleza y un canal más para exigir justicia y equidad”.
Juventud CDD: una generación cargada de futuro
Otro aspecto fundamental del Encuentro fue la participación de las jóvenes. En los diferentes talleres quedó muy claro que las nuevas generaciones están profundamente comprometidas con la lucha feminista y la defensa de sus derechos. Luz Maidana, de la Red de Jóvenes de Católicas por el Derecho a Decidir, participó en el taller de Educación Sexual Integral (ESI), y quedó sorprendida por la presencia de niñas y adolescentes. “¡Nos encontramos con chicas de 14 o 15 años hablando con tanta claridad y potencia sobre sus derechos! Están muy comprometidas y cuestionan el modelo educativo que se les pretende imponer o que violentamente se les impone”.
Por su parte, Milagros, de Santiago del Estero, coordinadora de la Red de Jóvenes, participó en el taller de juventud y adolescencia, donde se discutió la importancia de superar el adultocentrismo y avanzar hacia un paradigma de derechos de las y los jóvenes. “Nos sorprendió mucho ver a estudiantes de apenas 12 años posicionándose claramente en contra del adultocentrismo y cuestionando el paradigma en donde solo somos sujetos tutelables para bregar por un sistema que escuche y respete a las niñeces y juventudes”.
La resistencia desde el lenguaje y los medios
Otro de los temas tratados en los talleres abordó el uso del lenguaje inclusivo y la resistencia que este genera en algunos sectores. Rocío Revuelta, integrante del área de comunicación de CDD, participó en el taller sobre medios de comunicación y lenguaje no binario. “Fue un taller espectacular. Si bien no éramos muchas personas, pudimos ver una gran variedad de experiencias. Nos dimos cuenta de que hay mucha resistencia al uso del lenguaje inclusivo, pero también de que es un desafío importante que tenemos por delante…Y conocimos muchas mujeres y diversidades que militan para que el lenguaje inclusivo no sea solo una cuestión gramatical, sino una herramienta de lucha y visibilización para aquellas identidades que históricamente fueron invisibilizadas”.
En este contexto de ataque a lo colectivo y de cierta dispersión de los feminismos, el 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias fue sin dudas un espacio para la reconexión. Desde la espiritualidad hasta la problemática juvenil, pasando por el uso del lenguaje inclusivo y la defensa de los territorios, este Encuentro dejó en claro que la lucha feminista es diversa, plural y profundamente comprometida con los derechos humanos. Las voces que se alzaron en Jujuy, ya sea en talleres, charlas o en la marcha final, seguirán resonando en todo el país, recordándonos que la lucha por la justicia, la equidad y la libertad continúa siempre y que aún hay mucha fe y esperanza para seguir andando y andando.