Debate sobre derechos en tiempos de Francisco

SEMINARIO SOBRE POLITICA Y RELIGION PARA DISCUTIR ESTRATEGIAS EN EL TRATAMIENTO DE LA DESPENALIZACION DEL ABORTO

Sacerdotes y pastores, teólogos y activistas discutieron sobre las maneras de impulsar la lucha por un Estado laico ante la influyente presencia local del Papa. Algunos elogios y muchas críticas a las expresiones de Bergoglio.

Por Mariana Carbajal      Página/12

Curas y pastores evangélicos, teólogos y activistas del movimiento de mujeres y de la diversidad sexual coincidieron en un seminario sobre política y religión, convocado para discutir sobre cómo avanzar hacia un Estado laico pleno y lograr la despenalización del aborto, en un contexto –impensable un año atrás– signado por la presencia de un papa argentino. “Hemos aprendido a no esperar de las instituciones. Tenemos que hacer el trabajo nosotros mismos. Los cambios se hacen, muchas veces, en contra de las instituciones”, opinó el teólogo luterano brasileño Andre Musskopf. A su turno, la monja y teóloga feminista mexicana Marilú Rojas cuestionó, muy enojada, la posición de Francisco de cerrar la puerta a la ordenación sacerdotal de las mujeres. “Significa que seguiremos siendo personas de segunda categoría, sin posibilidad de reconocimiento ni de acceder a puestos de liderazgo. Eso atenta contra la dignidad humana de las mujeres, que somos mayoría dentro de la Iglesia Católica”, objetó Rojas.

 

 

 

El encuentro fue organizado por la Asociación Católicas por el Derecho a Decidir, una voz disidente en temas de salud sexual y reproductiva dentro de la Iglesia, y la corriente La Colectiva, que lidera la ex diputada Cecilia Merchán, que acompaña las políticas del gobierno nacional. Se llevó a cabo el lunes en el anexo de la Cámara de Diputados.

Marta Alanís, de CDD, apuntó: “El derecho al aborto no se lo tenemos que pedir al Papa. Hay que pedirlo al Congreso. Y hay que exigir a los legisladores que no sean más papistas que el Papa. Con un papa italiano, Italia despenalizó el aborto, con un papa polaco, Polonia siguió ese camino”, se esperanzó Alanís.

Del encuentro participaron representantes de Paraguay, Brasil, México, Uruguay y Argentina. Hubo varios paneles. Por la mañana, expusieron el cura de la Opción por los Pobres, que trabaja en la Isla Maciel, Francisco Olivera; el pastor luterano y vicepresidente de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, Lisadro Orlov; el teólogo luterano Andre Musslopf, profesor y coordinador del Programa de Género y Religión de la Escuela Superior de Teología de Brasil; y la religiosa misionera y teóloga feminista Marilú Rojas. Olivera se mostró escéptico sobre la posibilidad de esperar cambios profundos en la Iglesia Católica de la mano de Francisco. “Como dice un teólogo amigo, el problema es que lo conocemos y sabemos que tiene límites”, resumió. No obstante, destacó algunos gestos del pontífice argentino. Contó que un cura casado desde hace veinte años le escribió un correo electrónico diciéndole que quería volver a ejercer el ministerio. El Papa le contestó: “Lo estoy pensando”, destacó el cura villero. “Por lo menos te responde. Algo te dice”, comentó. Olivera consideró que la Iglesia Católica “todavía es una monarquía absoluta” y que se debe modificar la forma de elección del Papa, de los obispos, eliminar el celibato obligatorio, habilitar la ordenación sacerdotal de mujeres y modificar la “moral sexual” que defiende el Vaticano.

El pastor Orlov quiso dejar clara la posición de Iglesia Evangélica Luterana, a la que pertenece, en dos temas urticantes para el Vaticano: “Apoyamos abiertamente el matrimonio igualitario y estamos elaborando un documento a favor de la despenalización y legalización de la interrupción del embarazo no deseado. Además, en este momento estamos autorizados a bendecir parejas del mismo sexo”, detalló. Sobre Francisco y su papado, se mostró esperanzado en creer en sus gestos. “A mí me abrió esperanzas”, afirmó. “Después de Juan Pablo II y Benedicto XVI nada puede ser peor”, señaló. Y recomendó leer los discursos del Papa “desde las fisuras”. De todas formas, aclaró que “mi amor por Francisco no es total” y precisó que le disgustaron mucho sus palabras en el avión de regreso a Roma después de participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud, en Brasil, donde se refirió al lugar de los homosexuales en la Iglesia Católica. “El catecismo de la Iglesia Católica dice que no se debe marginar a estas personas, dijo Francisco. Yo no quiero tolerancia, quiero derechos”, diferenció Orlov.

Después de dar un panorama sobre la influencia que están teniendo las iglesias evangélicas conservadoras en las políticas públicas en Brasil, Musskopf dijo que desconfía, “de ese discurso sobre la pobreza, la simplicidad y esa benevolencia con la cual se presenta Francisco”.

Marilú Rojas, por su parte, se mostró muy disconforme con la posición del Papa sobre la ordenación sacerdotal de las mujeres. “A las mujeres se nos niega el derecho a la ciudadanía en la Iglesia Católica. El tipo piensa que nosotras no pensamos, piensa que no hay teología profunda de la mujer, desconoce la labor teológica de las mujeres. Y en la práctica –apuntó– se castiga a las mujeres que piensan”, denunció. “Tengo la impresión de estar en la Edad Media. Para quemar mujeres en el siglo XXI no hace falta más que pensar”, indicó.

“Yo no sé qué hubiera pasado si (Jorge) Bergoglio era elegido Papa antes de la aprobación de las leyes de Matrimonio Igualitario, Identidad de Género o muerte digna”, señaló Merchán, en diálogo con este diario.

–¿Cree que puede tener tanta influencia el Papa como para frenar la sanción de leyes como esas? –le preguntó este diario.

–No debería tenerla, pero no sé qué hubiera pasado por el grado de popularidad que tiene.

Por la tarde, el seminario continuó con otras voces, entre otras las del sacerdote Nicolás Alessio, integrante del Grupo Angelelli –suspendido a raíz de su postura sobre la ley de matrimonio igualitario–; Alejandro Nassif Salum, de la Coalición por los Estados Laicos; Loahana Berkins, activista feminis
ta trans; Alanís, la directora de CDD México, y la secretaria de Género e Igualdad de la CTA.