Católicas por el Derecho a Decidir Argentina participó del 38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries en Corrientes capital con actividades, articulaciones y acciones de visibilización que reforzaron el valor histórico y político de este movimiento en un contexto de profundización de las desigualdades.
Hay algo que sucede en cada Encuentro Plurinacional que ninguna crisis, ajuste ni retroceso logra frenar: la convicción de que cuando las feministas nos organizamos, construimos respuestas donde el Estado llega tarde o directamente no llega. Este año, en Corrientes, esa certeza volvió a tomar forma en abrazos, discusiones, talleres, recorridos y acciones que sostienen una memoria colectiva hecha de luchas y de futuro.
En ese marco, Católicas por el Derecho a Decidir Argentina participó activamente con intervenciones, articulaciones y espacios de diálogo para visibilizar las desigualdades que atraviesan a mujeres y personas LGBTIQ+ en los territorios. Como parte de nuestra presencia, impulsamos la presentación del caso de Paola Ortiz, criminalizada y condenada a prisión perpetua por una emergencia obstétrica, llevando este reclamo a cada instancia posible del Encuentro. Fruto de la articulación histórica dentro del movimiento, marchamos junto a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, levantando la bandera de arrastre “Libertad para Paola”, y realizamos un pañuelazo y volanteadas para amplificar el pedido de justicia.
Además de reencontrarnos y conversar entre compañeras en nuestro gazebo ubicado en el Parque Camba-Cuá, nuestra actividad central tuvo lugar en el Espacio Memoria RI 9 de Corrientes Capital. Allí presentamos los monitoreos sociales Rodando Derechos, desarrollados en Corrientes, Catamarca y Entre Ríos, que muestran una radiografía actual en el acceso a derechos sexuales y reproductivos en dichas provincias. También compartimos el documental “Sara Astiazarán: la monja que encendió la lucha colectiva”, una obra que sigue generando diálogos profundos sobre la lucha y la organización como forma de cuidado y resistencia. La presencia de compañeras de SinPeCaf Salta, profundamente conmovidas por la historia de Sara, reforzó la potencia de construir genealogías feministas que recuperen las voces de quienes sostuvieron –y sostienen– luchas invisibilizadas.
En los talleres y actividades, volvimos a encontrarnos con un movimiento capaz de debatir, incomodar y reinventarse. Un movimiento que no es uniforme, pero sí profundamente político: que discute condiciones materiales, violencias, derechos laborales, salud sexual y reproductiva, justicia reproductiva, acceso al aborto y autonomía de los cuerpos. Un movimiento que, aun atravesado por el ajuste y el retroceso de políticas públicas, persiste en su capacidad de generar comunidad.
El Encuentro dejó, una vez más, la certeza de que la organización es nuestra mayor herramienta frente a las desigualdades. Y que cada territorio, cada conversación, cada acción colectiva sostiene el horizonte de derechos que seguimos defendiendo, juntas.








