Sin representación oficial, las organizaciones de la sociedad civil de Argentina llevaron las voces de mujeres y diversidades a la CEPAL
Santiago de Chile fue sede de la 66ª Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe y de diversas actividades en el marco del Foro de ONG en CEPAL. Esta instancia de encuentro entre representantes de estado, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil realizada entre los días 3 y 5 de diciembre, abordó temáticas vinculadas a la condición jurídica y los derechos de mujeres y diversidades de cara a Beijing +30 en 2025.
En el marco del Proyecto Women Power 2030, articulado por la Fundación para el estudio e investigación de la Mujer (FEIM) con el objetivo de fortalecer la participación de mujeres jóvenes en espacios internacionales de incidencia, Marina Gudiño -integrante del Área de litigio y la Guardia Feminista de Abogadas de Católicas por el Derecho a Decidir-, estuvo presente en las jornadas de debate junto a activistas de organizaciones de Argentina, Perú, Colombia y Guatemala. Destacó la importancia de seguir profundizando los avances en materia de derechos y conquistas colectivas, así como también sumar las voces de jóvenes de toda la región para la democratización de las instancias internacionales.
“Si bien han habido avances en relación a algunas de las cuestiones planteadas en la plataforma de acción de Beijing, consideramos que aún falta muchísimo. El mundo ha cambiado y nos encontramos ante un panorama complejo vinculado al desarrollo de un capitalismo feroz, extractivista, donde la sobreproducción nos exige a las mujeres, a las diversidades y sobre todo a quienes somos más jóvenes una importante sobrecarga de trabajo. Es fundamental fortalecer la participación efectiva de las juventudes en estos espacios para incluir sus demandas”, remarcó Marina.
Apostar a la democratización de los espacios internacionales donde se definen las agendas para el reconocimiento de derechos, también implica avanzar en mecanismos que permitan a mujeres jóvenes, indígenas, afrodescendientes, con discapacidad, participar y sumar su voz. En este sentido, el Manifiesto producido por organizaciones y redes de mujeres y feministas de América Latina y el Caribe frente a Beijing +30 reunidas en el Foro de ONGs, expresó que resulta imperioso “se garanticen los derechos humanos de todas las mujeres, en sus diferentes ciclos de vida y en sus contextos particulares; desde una perspectiva intercultural, interseccional, integral, antirracista, anticapacitista y decolonial que integre a poblaciones históricamente excluidas del diálogo”. Entre sus consideraciones el documento sostiene asimismo que “pese a los importantes avances en la implementación de la Plataforma de Acción, estos no han impactado del mismo modo en todas las áreas ni a todas las mujeres, las juventudes y las niñas dado el dispar compromiso de los países”.
Argentina, una vez más, sin representación oficial
Un aspecto clave fue la ausencia de representantes del Estado argentino en el marco de las jornadas. “Una de las cosas que más llamó la atención fue escuchar las intervenciones de los estados y notar una diferencia alarmante entre la realidad de las mujeres de América Latina y el Caribe y lo que transmiten quienes representan a los estados. A esto se suma algo que no sorprende pero sigue preocupando y es la silla vacía de nuestro país, lo que demuestra la falta de compromiso con los acuerdos internacionales y la agenda de derechos de las mujeres y la diversidad”, sostuvo Marina Gudiño.
Sigue vigente más que nunca la necesidad de fortalecer las instancias de participación de las organizaciones de la sociedad civil en estos espacios, para proteger y defender derechos y conquistas que el actual gobierno se empeña en negar y vulnerar.
Pensar un futuro colectivo, habilitar la palabra, convocar a transformarlo todo
A 30 años de la plataforma de Beijing, son múltiples los retos que imponen las transformaciones sociales, políticas, económicas, laborales, tecnológicas y ambientales ocurridas en estos tres decenios. Sin embargo, impresiona la fuerza colectiva de las organizaciones, aportando elementos para delinear una agenda común que incorpore una mirada diversa hacia el cumplimiento de los objetivos para revertir las brechas persistentes en términos de igualdad de oportunidades, no discriminación y una vida sin violencias hacia mujeres y disidencias.
Como mujer joven, abogada y activista feminista, Marina destaca el valor de participar en estos encuentros porque resultan muy relevantes como espacios para expresar nuestras preocupaciones. Las demandas juveniles se hicieron eco con la interlocución hacia ONU mujeres, desde donde se comprometieron a apoyar e impulsar un Foro de Mujeres Jóvenes en camino a la Conferencia Regional sobre la Mujer que se realizará en México el año próximo.
“Fueron días intensos y emocionantes que me dejaron aprendizajes valiosos para mi trabajo como activista y muchas ganas de seguir aportando para que estos espacios sean más democráticos, más diversos, más reales. Las jóvenes tenemos mucho para hacer, porque el mundo cambió y Beijing +30 no puede ser sin nosotras en toda nuestra diversidad”, agregó.