#28M: La salud de las mujeres es un derecho, no un gasto

Imagen: CDD Argenrtina

Imagen: CDD Argentina

Este 28 de mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, levantamos nuevamente los pañuelos y las voces para defender lo que construimos: derechos, políticas públicas, redes de acompañamiento, presencia activa del Estado, acceso a la salud integral con perspectiva de género y reconocimiento de nuestras decisiones sobre el cuerpo y la vida.

En un contexto de ajuste y desmantelamiento, sostenemos la memoria de nuestras luchas. Este año, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito cumple 20 años. Dos décadas de construcción colectiva, federal y transversal que hizo posible la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y que sigue siendo una trinchera de resistencia frente a los intentos de retroceso.

Hoy, esa trama de derechos está siendo brutalmente deshilachada. El gobierno nacional eliminó 13 programas clave de género y diversidad. Lo que se presenta como “ahorro” es, en verdad, una política de desmantelamiento que deja a miles sin respuestas frente a la violencia, la pobreza, la exclusión y la discriminación estructural. Se achica el Estado donde debe cuidar, pero se lo agranda donde reprime.

La salud de las mujeres, lesbianas, trans, travestis, personas no binarias y otras identidades no hegemónicas no es una ideología: es un derecho humano. Negarla, recortarla, desfinanciarla, es ejercer violencia institucional. Es poner en riesgo vidas. Es borrar la presencia del Estado allí donde más se lo necesita.

Desde Católicas por el Derecho a Decidir denunciamos este retroceso como parte de un proyecto que desprecia la vida digna, la justicia social y la igualdad. Y reafirmamos con fuerza nuestra convicción: la salida es colectiva, feminista y comunitaria. No dejaremos que nos disciplinen ni nos silencien.

El 28M es una fecha para recordar de dónde venimos, pero sobre todo para mirar hacia adelante. Porque la salud y la justicia no se negocian, se defienden en las calles, en las legislaturas, en los centros de salud y en cada rincón donde haya una persona dispuesta a decir: “Hasta acá”.