Posicionamientos

Comunicado ante el nombramiento de Jorge Bergoglio como nuevo Papa

By 18 de marzo de 2013junio 16th, 2021No Comments

Como Católicas por el Derecho a Decidir de Argentina Vemos con preocupación el nombramiento de Jorge Bergoglio como nuevo Papa. Consideramos que este nombramiento implica una reacción del Vaticano en función de los derechos logrados para las mujeres y la diversidad. Nos preocupa asimismo la difícil posibilidad de que Francisco pueda construir, desde su nuevo lugar de poder, una mirada inclusiva acerca de los diferentes temas referidos a la moral sexual, como así también quiera y pueda condenar efectivamente a los sacerdotes pedófilos y que se los castigue como cualquier ciudadano que ha incurrido en ese delito penal.

 

Como católicas creemos que la Jerarquía de la Iglesia Católica, en este momento crítico para el Vaticano, debe comenzar a dar debates a su interior y comenzar a cuestionar una concepción de familia hegemonica y oficial, con un encuadre hetero-normativo, cerrado, desconociendo que existen otros modos de ser familia y que están marcados por el amor y el respeto. En ese sentido nos preocupa la postura del Cardenal Bergoglio de condenar el matrimonio igualitario, que es un derecho que los argentinos y argentinas logramos luego de muchos debates y muchos consensos, de manera democrática y participativa. Como Cardenal ha cuestionado normativas y leyes que tiene que ver con los derechos de las mujeres y de la diversidad. La jerarquía de la Iglesia Católica en Argentina, fue y es un actor activo para obstaculizar los avances y el acceso a esos derechos, y silenciar otras voces al interior de la comunidad católica, oponiéndose con énfasis al debate sobre despenalización y legalización del aborto, tema que ha tomado como columna vertical de su activismo.

 

También nos preocupa que este papa ha sido parte de una jerarquía eclesial que no ha sabido ni ha querido presentar una autocrítica a la complicidad de la misma con la dictadura militar genocida, que hizo desaparecer 30.000 personas, muchos de ellos sacerdotes, monjas y cristianos comprometidos por la justicia social y la lucha por la igualdad de nuestro pueblo

Este Papa es parte de una región que muestra un sostenido avance a favor de la libertad de decidir, en la cual se crearon leyes y políticas que incluyen en su agenda los Derechos Sexuales y Reproductivos, y el reconocimiento de la diversidad sexual. Por otro lado, es una región que se ha secularizado en sus creencias, donde las encuestas y los sondeos de opinión marcan un fuerte alejamiento en sus prácticas, identidades y opinión sobre la sexualidad acerca de lo que históricamente se ha dictaminado desde el Vaticano. En este contexto de cambios y transformaciones sociales y culturales, esperamos que Francisco pueda incorporar la voz de las mujeres, y reconozca el derecho y la capacidad ética y moral que tenemos de poder hacer uso del principio católico de la primacía de la consciencia sobre nuestra sexualidad y sobre todo en respete nuestras decisiones acerca de la maternidad, en la medida que esta no es solo un hecho biológico y natural sino que parte de nuestros deseos y proyectos de vida.

Esperamos que el nuevo Papa pueda construir una actitud solidaria, caritativa e inclusiva para todas las personas que formamos parte de esta iglesia, y también para las que son de otras iglesias y creencias, donde se tenga en cuanta nuestras necesidades y derechos. Deseamos que este Papa posibilite que las mujeres tengamos otro lugar en la institución, que nuestras demandas y necesidades sean parte de su agenda, que no desconozca los avances del Concilio Vaticano II, que pueda abrir el debate a otras voces acerca del divorcio, el celibato, el sacerdocio femenino, el derecho de las mujeres a decidir sobre todos los ámbitos de su vida, las uniones entre personas del mismo sexo y el uso de la anticoncepción y del preservativo para la vivencia de una sexualidad libre y saludable.

Deseamos de todo corazón que Jesús se haga presente en la conducción de nuestra iglesia, desde los valores del amor al otro, la comprensión y el reconocimiento de la diferencia como parte de la unidad de todas y todos.